13.5.09

Yo, caníbal

Y la pared...aún manchaba.
Eran las heridas, que permanecían abiertas. Pero ocultas.
"Las heridas nunca cierran"-pensé...aunque sí es verdad que, a veces cicatrizan bien. Tan bien, que casi no recordamos como es que habían sido hechas.
Pero es ambiguo...porque aunque ya no nos duela, si hacemos algún movimiento inexacto, algo sentimos. Y en ese puto momento es que recordamos el motivo justo, ese, en el que nuestra piel se abría dejándonos para siempre una pequeña marca.

Escuché alguna vez por ahí "lamernos las heridas"...y yo creo que si, q es así. Que se trata de eso. De lamernos las heridas.

Y vuelvo a tocar la pared...y la puta madre! me vuelve a manchar. Y bueno, será cuestión de colocar algo adelante para no ver la herida en la pared...en el corazón...donde sea.
"Si no podés lograr que desaparezca, al menos evitá mirarla" -me dije. Y entonces puse un obstaculo entre mi mano y la pared. Entonces ya no me mancha. Por ahora.